lunes, 19 de diciembre de 2011

El libro, el aula y el currículo

Partiendo de mi experiencia personal en el aula, puedo afirmar que los libros tienen una gran importancia en ella y que para la mayoría de docentes lo importante a final de curso es terminar el libro de texto, dejando de lado el aprendizaje de sus alumnos, actitud que no comparto en absoluto.
Como futura docente, considero el libro de texto en muchas ocasiones más negativo que positivo. Es evidente que proporciona a los alumnos un orden y una comodidad, como a los docentes les proporciona un ahorro de tiempo y una clase hecha, pero al mismo tiempo elimina motivación en el alumnado y obliga al profesorado a tener una uniformidad y una rigidez.
Soy partidaria de hacer clases cooperativas, en las que los niños y niñas participen en las actividades propuestas y se ayuden los unos a los otros. Creo que muchas veces se aprende más en la práctica que en la teoría de un libro. Por eso mismo, opino que el libro quita la libertad al docente de crear cosas nuevas en el aula, de sorprender a su alumnado. Obliga que todas las clases sean igual de rutinarias, es decir, que los niños escuchen la explicación de la lección en silencio y que hagan los deberes en su casa.

Ser docente, implica tener pasión por su trabajo, por ver como los alumnos empiezan el curso con un conocimiento y lo terminan con las metas realizadas, por interesarse en sus costumbres y culturas, por su vida fuera del colegio y sobretodo por darles una educación escolar llena de amistades, logros, alegrías y confianza.

En los libros se encuentra mucha información, pero no toda. En esta época en la que vivimos, debemos abrirles la mente a los niños con las nuevas tecnologías, que son muy interesantes y educativas al mismo tiempo, y no limitarnos solo en la lectura de los libros.
El libro es un material educativo, pero no es el currículum, es decir, el currículum no está centrado en los libros de texto, pero estos siempre han formado parte de la historia de la educación.

En conclusión, los libros de texto son considerados como un material que no puede faltar en el aula. En mi opinión, ni lo malo es tan malo, ni lo bueno es tan bueno. Los libros tienen muchas ventajas, y han resultado, en muchas ocasiones, ser eficientes. Por el contrario, opino que un mismo libro para una clase llena de niños completamente diferentes no debe ser muy bueno, ya que no se adecua a las necesidades y caractarísticas del alumnado. El libro limita la participación de los niños en el aula y la motivación es baja.
Por lo tanto, estoy a favor de las clases prácticas, cooperativas y educativas y no de los libros de texto como único material utilizable en el aula.